Micaela

Como van tus cosas me preguntás. Te contesto todo bien, y una sonrisa simulada. La conversacion nos lleva a temas sin sentido, unas cuantas carcajadas y un chauchau voy a dormir. Vos te vas, yo pienso en la charla que acaba de terminar. Ensayo para la proxima culminar con un "te amo", que como tantas veces me guarde una vez mas decir. Observo el celular, quince minutos espero por si tal vez suena, escribo un mensaje que guardo en borrador, y espero que llegue el valor para apretar la tecla enviar. Como se que la valentia no es una gran virtud mia, elimino aquel mensaje y reviso los que quedan guardados. Un par tuyos, otros tuyos, ah! y el ultimo es tuyo tambien. Cuando ya me doy cuenta que soy demasiado masoquista vuelvo a mi tarea habitual, pero ya la computadora se vuelve aburrida y me voy a acostar. Doy un par de vueltas en la cama, pues desde que no estas es dificil dormir, y una vez que las sabanas no tienen ningun pliegue decido cerrar los ojos. Unos cuantos minutos, tal vez media hora hasta que el cansancio me vence y logro descansar. Como me enseñaste que dormir es mas comodo si las sabanas estan derechas, me despierto de nuevo recordando y con lagrimas en mis ojos desarmo las frazadas. Vencida nuevamente logro dormir y ahora si despierto al dia siguiente, un baño me despabila y enciendo la computadora. Te veo conectada y la conversacion empieza otra vez.